El Ayuntamiento de Valdeprado cuenta con mayoría
del PP, cinco concejales, pero aquí importan poco los partidos, sino
las personas que mandan y cómo se maneja el poder en este valle por
parte de los de siempre. Avancemos el resultado que ya era de suponer:
cinco votos del PP frente a uno del PRC y otro del PSOE.
¿Ninguna sorpresa? Pues nada de eso, siempre es
para nosotros una sorpresa comprobar que la disciplina de voto está
por encima de las opiniones personales claramente manifestadas. Para
eso están las dimisiones, señores, y si no den la cara, que no se
entra en política sólo para los momentos dulces.
El alcalde es un pipiolo que ya despunta maneras
para ganarse el respeto de sus mayores. Incómodo ante la expectativa
generada por el Pleno y la afluencia de gente de los pueblos vecinos,
ha comenzado exhibiendo sus dotes de mando: 'al que hable, lo echo’.
Mientras tanto, la Guardia Civil esperaba
ostensiblemente a la puerta por si los energúmenos incendiaban el
Ayuntamiento, quizás el enorme retraso en la celebración de este
Pleno municipal se deba a este temor del alcalde. Desde luego nada que
ver con una incómoda moción del PRC que varios concejales del PP
hubieran aprobado con gusto.
Ambiente pues un tanto tenso en una sala
inhabitualmente llena. Ante la moción presentada por el PRC y que fue
apoyada por el concejal del PSOE, el PP ha propuesto una alternativa
con ciertas similitudes a la aprobada en su día en Valdeolea,
principalmente viene a decir que hay que informarse a través de Alfa,
estar en el CLIS y esperar un año o lo que sea necesario a las
conclusiones del CLIS, para no tomar postura ante este tema sin estar
debidamente informados, etc. Es la que se ha defendido por el PP sin
grandes exhibiciones dialécticas y finalmente aprobado como hemos
dicho al principio.
Esta moción debe oblligar a Alfa y a la
administracion regional a hacer recuento del respaldo social que el
proyecto de incineración de residuos en la cementera cuenta en la
zona. Los pronunciamientos de asociaciones, empresasios,
administraciones públicas y diferentes colectivos de todo tipo van
desde el rechazo firme (más de noventa colectivos hasta el momento),
pasa por el silencio y llegan hasta la inclusión en el CLIS (una
docena de colectivos) mientras sólo ha recibido apoyos explícitos
ocasionales
Un proyecto como este no puede llevarse a cabo
frente a la sociedad de la comarca